Catástrofes: identificación de víctimas y otros aspectos médico-forenses (eBook)

Aspectos teorico-practicos

Eneko Barberia Marcalain (Herausgeber)

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2015 | 1. Auflage
208 Seiten
Elsevier Health Sciences (Verlag)
978-84-9022-860-9 (ISBN)

Infos

• La primera edición de esta novedosa obra tiene como objetivo minimizar el impacto de las grandes catástrofes mediante la presentación de diferentes procedimientos vinculados con la identificación de víctimas en este tipo de circunstancias.
• Los autores, todos ellos de reconocida experiencia en el ámbito de la Medicina Legal y Forense, intentan plasmar todos aquellos aspectos teóricos a tener en cuenta para una correcta identificación de víctimas procedentes de grandes desastres.
• Igualmente, se incluye una parte práctica al final de la obra que se recoge en los últimos cinco capítulos y en la que los autores han recogido distintos casos prácticos que hacen referencia a desastres que se han producido recientemente tanto en España como en otros países.
• La obra pretende convertirse en un referente dentro de la Medicina Forense no solo en España, sino también en todos aquellos países de habla  hispana.

Textauszug

1

Catástrofes: conceptos, perfil epidemiológico e introducción a la identificación de víctimas

Eneko Barbería

Alexandre Xifró

Catástrofes 1

Conceptos y definiciones 1

Clasificaciones 2

Perfil epidemiológico y repercusión en salud pública 3

Perfil epidemiológico 3

Repercusión en salud pública 5

Identificación de víctimas de catástrofes 7

Guías y protocolos 7

Métodos de identificación 8

Conclusión 9

Catástrofes

Conceptos y definiciones

La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) define un desastre (o catástrofe) como «una seria interrupción en el funcionamiento de una comunidad o sociedad que ocasiona una gran cantidad de muertes, al igual que pérdidas e impactos materiales, económicos y ambientales, que exceden la capacidad de la comunidad o la sociedad afectada para hacer frente a la situación mediante el uso de sus propios recursos»1. Se trata de una definición acorde con la perspectiva de la salud pública, ya que, por un lado, caracteriza a las catástrofes por su efecto sobre las personas, y, por otro, pone énfasis en su naturaleza relativa a los factores de vulnerabilidad de la comunidad afectada.

A efectos epidemiológicos, la base de datos internacional de referencia, Emergency Events Database (EM-DAT), mantenida por el Centro de Investigación en la Epidemiología de los Desastres (CRED) de la Universidad de Lovaina, define una catástrofe como «una situación o un suceso que desborda los recursos locales, haciendo necesaria una petición de ayuda externa a nivel nacional o internacional»2. El CRED señala también que se trata de un suceso imprevisto y con frecuencia súbito que causa grandes perjuicios, destrucción y sufrimiento humano. La inclusión de un desastre en EM-DAT requiere que se cumpla al menos uno de los siguientes criterios: 10 o más víctimas mortales, 100 o más personas afectadas, declaración de estado de emergencia o petición de ayuda internacional3.

En España, la base de datos nacional de referencia es la Base de Datos de Desastres de España (BDDE), mantenida por la Unidad de Investigación en Emergencia y Desastre (UIED) de la Universidad de Oviedo4. La BDDE está estandarizada e incluye datos sobre desastres en España de manera retrospectiva entre 1950 y 2010, y, prospectivamente, desde 2010. Su criterio de inclusión es el establecido por el CRED y tiene como fuentes de información EM-DAT, Cruz Roja-Media Luna Roja, Organización Mundial de la Salud (OMS), Naciones Unidas, Reliefweb, Munich-Re, Mapfre, diferentes ministerios del gobierno de España y hemerotecas.

A nivel forense existen varias aproximaciones. Vallejo y Alonso (2009) definen una catástrofe como un suceso caracterizado por ser un acontecimiento inesperado, inhabitual, de instauración rápida, de carácter colectivo, que produce destrucción material y humana y para cuya resolución se hace necesaria la intervención de medios de auxilio extraordinarios, tanto por su número como por su naturaleza5. El documento elaborado por The Royal College of Pathologists tras la catástrofe de Lockerbie se refiere a un episodio en el que el número de fallecidos excede el que puede ser abordado mediante el uso de los recursos normales, en particular en lo relativo al depósito de cadáveres6. Para Interpol una catástrofe es un hecho inesperado que causa la muerte de un elevado número de personas7. El punto en común desde la perspectiva forense es la dificultad en cuanto al manejo e identificación de cadáveres. Aunque algunos autores establecen un número mínimo de 12 fallecidos para hablar de catástrofes8, otros destacan que los procedimientos de identificación de víctimas en catástrofes (IVC) se pueden aplicar desde sucesos con un número reducido de cadáveres (p. ej., 4 cuerpos tras un accidente de tráfico) hasta aquellos con miles de víctimas tras un tsunami9.

En definitiva, el hecho definitorio de un desastre es que excede la capacidad de adaptación habitual de la comunidad afectada, aunque a los efectos de este libro y de la IVC, un concepto relacionado de gran interés es el de «accidente mayor o incidente con múltiples víctimas» que implica la idea de movilización de recursos extraordinarios, aunque no desborde la capacidad de respuesta de la comunidad10.

Clasificaciones

Cada catástrofe es única, pero todas ellas poseen ciertas características comunes que pueden contribuir a clasificarlas.

La base de datos EM-DAT distingue dos grandes categorías de catástrofes, según su origen: naturales y tecnológicas. A su vez, estas son divididas en subgrupos, tipos y subtipos. Así, una catástrofe natural puede ser de origen geofísico (p. ej., terremoto), meteorológico (p. ej., tormenta), hidrológico (p. ej., inundación), climatológico (p. ej., sequía), biológico (p. ej., epidemia) o extraterrestre (p. ej., impacto de meteorito), mientras que una catástrofe tecnológica puede consistir en un accidente industrial, de transporte o de otro tipo11. Por descontado, las dos grandes categorías de catástrofes pueden combinarse: sucesos naturales pueden desencadenar incidentes tecnológicos, como fue recientemente el caso en Japón al producirse accidentes nucleares a raíz del terremoto y posterior tsunami de 11 de marzo de 2011 que afectó a 3 prefecturas, entre ellas a la central nuclear de Fukushima Daiichi.

La OMS introduce un criterio cronológico y distingue entre las emergencias que se producen súbitamente (de mayor interés forense, como un terremoto) y las que se desarrollan lentamente (como una sequía)12. Un concepto relacionado y de importancia cada vez mayor es el de «emergencia compleja», empleado para describir situaciones de perturbación de los medios de subsistencia y amenazas para la vida debidas a guerras, enfrentamientos civiles o desplazamientos masivos de personas en las que la respuesta de emergencia tiene que llevarse a cabo en condiciones difíciles, tanto en términos políticos como de seguridad13.

La guía de Interpol de IVC, por su parte, pone énfasis en la distinción entre catástrofes abiertas y cerradas, puesto que esta influye decisivamente en la respuesta en términos de identificación de las víctimas7. En una catástrofe abierta no se tienen registros o datos descriptivos de las víctimas y resulta difícil incluso conseguir la información acerca de su número, ya que no se dispone de un punto de referencia inicial a partir del cual establecer una lista de personas desaparecidas. Es decir, se requiere una investigación intensa para obtener una lista de potenciales víctimas y poder dar comienzo a los procedimientos de identificación. Un ejemplo práctico de una catástrofe abierta podría ser un suceso que afectara a una multitud que asistiera a un acto público sin ninguna lista formal de personas presentes. En una catástrofe cerrada, en cambio, el suceso afecta a un grupo determinado e identificable de personas (p. ej., un accidente de aviación con lista de pasajeros). Como norma general, en este supuesto la información ante mórtem puede ser obtenida mucho más rápidamente. Por descontado, pueden producirse combinaciones de catástrofes abiertas y cerradas, como puede ser un accidente de aviación sobre un área poblada.

Perfil epidemiológico y repercusión en salud pública

Perfil epidemiológico

La importancia de los desastres quedó patente en la 44.a Asamblea General de las Naciones Unidas, que propuso designar la última década del pasado milenio como la Década Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales10. Una aproximación reciente a la magnitud del problema la realizó la UNISDR en su informe de 2013, en el que estimó que entre los años 2000 y 2012 los desastres causaron la muerte de 1,2 millones de personas, afectaron a otros 2.900 millones y supusieron 1,7 billones de dólares en pérdidas materiales (fig. 1.1)14. Puesto que estos datos no incluyen las catástrofes tecnológicas, las cifras reales son mayores todavía. En...

Produkt-Details

• Erscheint lt. Verlag: 24.7.2015
• Sprache: spanisch
• Themenwelt: Medizin / Pharmazie ► Gesundheitsfachberufe
• Themenwelt: Studium ► 2. Studienabschnitt (Klinik) ► Pathologie
• Themenwelt: Studium ► 2. Studienabschnitt (Klinik) ► Rechtsmedizin
• ISBN-10: 84-9022-860-4 / 8490228604
• ISBN-13: 978-84-9022-860-9 / 9788490228609